BLOQUE 2:
Los herederos. El imaginario normalista y sus disputas internas (fines del
siglo XIX y primeras décadas del siglo XX). El Sistema de Instrucción Pública Centralizado Estatal (SIPCE). La
consolidación de una pedagogía hegemónica. Los aportes del liberalismo y de la
Ilustración. El positivismo y su traducción educativa. La “escuela
tradicional”. Las disputas internas: normalizadores y
democráticos-radicalizados.
La organización
del sistema educativo nacional. La Constitución de 1853:
La Constitución
de 1853 fue un reflejo del programa que Juan Bautista
Alberdi había expuesto en su obra Bases y puntos de partida para la
organización política de la República Argentina. Este programa derivaba de las
grandes ideas del liberalismo de esa época.
En
dicho programa planteaba que era posible transformar a la Argentina en una Nación
moderna estableciendo el liberalismo económico y construyendo
un Estado
republicano; la inmigración noreuropea transformaría
a la sociedad eliminando los restos indígenas e hispánicos;
la libertad
de industria, comercio, expresión y trabajo, la
inviolabilidad de la propiedad, el afianzamiento de la paz interior y
el ejercicio
político de los derechos de todos los ciudadanos harían de la Argentina
un país
civilizado.
El
papel de la educación fue delineado en el texto constitucional. El art. 5º
estableció que las provincias deben
asegurar la educación primaria, la administración de justicia y el gobierno
municipal, condiciones bajo las cuales el gobierno nacional es garante del goce
y ejercicio de sus instituciones. Por su parte, el art. 67, inc. 16,
estableció entre las atribuciones del Congreso la de “dictar planes de instrucción general y universitaria”.
Este
último artículo con su inciso, desató una discusión nunca saldada. ¿Qué se
entendía por instrucción general? El nivel medio no estaba totalmente
desarrollado. Fueron textos generales y ambiguos, dejando lugar a
interpretaciones diversas. Las discusiones resultantes reflejaron el
enfrentamiento entre el Estado nacional y el interior y entre los sectores
tradicionalistas y modernos de la sociedad.
Cuestión de prioridades:
La política
educativa llevada adelante en esta etapa por los gobiernos de Buenos Aires
(el territorio que en 1880 sería dividido entre la ciudad de Buenos Aires, erigida en Capital Federal,
y la provincia de Buenos Aires) marcó las características de la política
educativa nacional de las siguientes décadas.
Al
caer Rosas, se restituyeron al presupuesto del Estado de Buenos Aires, las
partidas destinadas al sostenimiento de la educación. En principio se creó el
Ministerio de Instrucción Pública que estuvo al frente de Vicente Fidel López;
luego fue disuelto por el gobernador Alsina y fue reemplazado por el
Departamento de Primeras Letras que dependía del rector de la universidad, a la
manera del modelo napoleónico.
Por
último se creó el Departamento de Escuelas, puesto bajo la jefatura de
Sarmiento en 1856. Esta última opción,
que daba autonomía al sistema escolar respecto a la universidad, estaba
motivada en el interés de Sarmiento por abrir la escuela pública a una
educación práctica y democrática y diseñar caminos distintos respecto del
circuito que subordinaba la enseñanza a la cultura universitaria.
Esta
cultura estaba instalada en el Colegio de Ciencias Morales, que había sido
reabierto y cuyo rector, el sacerdote Eusebio Agûero, adscribía a las ideas de
Rivadavia. Concurrían al colegio los hijos de las familias patricias,
continuando con la tradición de proporcionar a sus hijos una formación de
dirigentes.
El
Pacto de San José de Flores estableció que el colegio pasara a depender de la
Nación y en 1863 se transformó en colegio nacional. La política educacional del régimen surgido de Caseros estuvo
influida por la tensión entre quienes querían
una Nación políticamente centralizada en
Buenos Aires y quienes defendían una distribución federal del poder.
Sarmiento
propuso que se diera prioridad a la generalización de la educación básica; Mitre representaba a quienes querían que el esfuerzo
educativo del naciente Estado nacional apuntara a educar a la clase dirigente. Aunque estaba ya
decidido que la Argentina
tendría un sistema educativo
escolarizado en el cual el Estado jugaría un rol principal, se comenzaban a delinear dos estrategias que permanecerían a
lo largo de los años.
La
política que comenzó con Mitre tuvo siempre una clara tendencia a la
centralización y a la elitización de la dirección del sistema. La propuesta de Sarmiento tuvo una contradicción interna fuerte:
aceptó otorgar
un poder sobresaliente
al gobierno central, pero quiso que el sistema se apoyara en
las instituciones de la sociedad civil
y, en algunos casos como en el Congreso Pedagógico de 1882, se negó a que
participaran delegados de todo el país.
Sarmiento
desplegó su estrategia educativa como concejal de municipio de Buenos Aires y
como senador de la Legislatura provincial entre 1857 y 1860. Desde la Jefatura
del Departamento de Escuelas dotó a los establecimientos educativos de
rentas propias para garantizar su
financiamiento más allá de los vaivenes políticos de los gobiernos.
Fundó
nuevas escuelas, hizo construir modernos edificios para la Catedral al Norte y
Monserrat y, para las escuelas de muchas poblaciones rurales. Publicó numerosos
textos de uso escolar y fundó la primera revista pedagógica del país denominada
Anales de la Educación Común, que se
publicó bajo su dirección entre 1858 y 1862.
Junto
a su colaboradora Juana Manso, le dio a la revista una línea destinada a la
formación de los docentes y a la difusión de los avances de la educación
moderna y democrática, como por ejemplo, las ideas de Pestalozzi y de Froebel.
Además, Juana Manso fue directora de la escuela mixta creada por Sarmiento en
Buenos Aires y entre otras obras publicó la novela antiesclavista La familia del Comendador y dirigió el
periódico semanal Álbum de señoritas.
Quedó
a cargo de la dirección de los Anales de la Educación Común cuando Sarmiento
fue llamado para ejercer cargos políticos, y volvió a publicar esa revista
entre 1865 y 1875. Manso acentuó la idea de una democratización del vínculo
pedagógico, de la disciplina y del respeto a los intereses de los alumnos.
La batalla de Pavón,
donde Bartolomé Mitre triunfó contra Justo José de Urquiza, jefe de las fuerzas
de la Confederación, consolidó la unidad nacional y abrió las puertas para el
proyecto pedagógico centralista de la oligarquía liberal.
Las
presidencias de Mitre, Sarmiento y Avellaneda, tuvieron que ocuparse de la
organización de la Nación: la delimitación puntual de las jurisdicciones de la
Nación y las provincias, la economía, las comunicaciones, los transportes, la
organización del ejército nacional, la salud pública y el sistema educativo.
Mitre
asumió en 1862 la presidencia de la Nación y, ejerció hasta 1868, nombrando a
Sarmiento ministro de Gobierno. Sin embargo, el poder de la oligarquía de la
Pampa Húmeda estaba aún amenazada por los últimos representantes del pueblo del
interior, que seguían defendiendo la autonomía económica regional respecto del
poder porteño.
Sarmiento
fue nombrado gobernador militar de San Juan para que aniquilara a las
montoneras criollas. Durante su gobernación que ejerció entre 1862 y 1864,
venció al caudillo riojano Chacho Peñaloza en la batalla de Caucete, al mismo
tiempo organizaba el sistema educativo provincial.
Sancionó
la primera ley de educación en la cual estableció un fondo estatal permanente
para su financiamiento, pues consideraba que la renta para la enseñanza debía
provenir de un impuesto pagado por los habitantes con ese fin especial, y que sólo
en caso de déficit el gobierno provincial o nacional debía pagar los gastos de
su presupuesto general.
Sarmiento afianzó el cumplimiento de la
obligatoriedad escolar, autorizó las subvenciones
a establecimientos particulares y extendió notablemente la red escolar. Se
ocupó de la enseñanza media fundando el Colegio Preparatorio, dependiente de la
Universidad de Buenos Aires, que luego se convertiría en colegio nacional, y la
Quinta Normal, posteriormente Escuela de Agricultura.
Las críticas nacionales a
la forma como condujo la
campaña contra el Chacho
desembocaron en la renuncia de Sarmiento
a la gobernación. Fue
enviado a misiones oficiales a Chile, Perú y Estados Unidos.
En 1868 accedió a la presidencia de la
República, que ejerció hasta 1874 con Nicolás Avellaneda como su
ministro de Justicia e Instrucción Pública. En 1869 se realizó el censo nacional, que reveló que más de un millón de personas
no sabían leer ni escribir,
sobre una
población total de 1.737.076
habitantes.
En
ese mismo año, la población infantil de la provincia de Buenos Aires ascendía a
24 000 niños; funcionaban 89 escuelas y
colegios, con 3.564 varones y 3.129 niñas. La disparidad entre la ciudad y la
campaña era notoria.
En 1870 Sarmiento fundó la Escuela Normal
de Paraná, sobre la base del Colegio de Paraná.
Ese establecimiento funcionó en la antigua casa de gobierno de la Confederación
promovido por vecinos reunidos en la Asociación Protectora de la Enseñanza.
Sarmiento
nombró como rector a George
Sterns, un profesor norteamericano protestante muy comprometido con su
política educativa, quien duraría cuatro años en el cargo. Desde 1870 hasta 1896
se fundarían en el
país 38 escuelas normales, acordes
al modelo paranaense.
Sarmiento trajo al país a veintitrés
maestras norteamericanas. Fundó el Colegio Militar y
la Escuela Naval. Era su meta la extensión del sistema de educación pública hasta
abarcar al conjunto de la
población “educable”. De ese modo la educación actuaría sobre la sociedad,
haciendo posible el
progreso.
Mitre
otorgaba a la enseñanza un valor social y consideraba que era un servicio que
debía prestar el Estado. En 1863 el ministro de Mitre, Eduardo Costa (de
Justicia, Culto e Instrucción Pública), mandó a realizar un censo sobre el
estado de la educación en el país. Sólo San Juan, La Rioja y San Luis,
respondieron, pero los datos aportados permitieron diagnosticar el deplorable estado de la educación
nacional.
Era
necesario ayudar a las provincias a mejorar su red escolar, por lo cual Mitre
incluyó en el presupuesto una partida con ese destino. El interés principal de Mitre era desarrollar una educación secundaria
dirigida a la minoría ilustrada.
Aspiraba a formar una
inteligencia capaz de gobernar el país y vencer a la “barbarie”. Interpretó a la Constitución Nacional de
manera que las provincias debían ocuparse de la educación primaria y la Nación
se ocuparía de la educación general (asimilaba a secundaria) y la
universitaria.
La
obra de Mitre comenzó con la fundación del Colegio Nacional sobre la base del
antiguo Colegio de Ciencias Morales. En 1864 se decretó la creación de los
Colegios Nacionales de Catamarca, Tucumán, Mendoza, San Juan y Salta. Los
planes de estudio y reglamentos serían semejantes a los vigentes en el Colegio
Nacional de Buenos Aires. Entre 1863 y 1898 se crearon diecisiete colegios
nacionales.
El
primer rector del Colegio Nacional de Buenos Aires fue el doctor Eusebio Agûero
y el director de estudios, Amadeo Jacques. La orientación pedagógica de este
último quedó plasmada en su obra Memoria de 1865. Jacques trataba de conciliar
una escuela secundaria que diera a los jóvenes una amplia preparación cultural
para seguir luego los estudios que quisieran elegir, con carreras más prácticas
destinadas a aquellos que no fueran a continuar sus estudios universitarios.
Con
la elección de José María Torres para la Inspección de Colegios Nacionales en
1865 se mostró la orientación
que sería predominante entre la clase dirigente respecto de la formación de sus hijos: enciclopédica, dirigida hacia
los estudios profesionales universitarios o a la actividad política y separada
del trabajo. Esas dos orientaciones, una enciclopédica y la otra práctica, serían materia de discusión en
décadas siguientes entre el
sector más tradicionalista
y otro más moderno de la oligarquía,
y entre estos últimos y los sectores medios. Cada una de las posiciones
provenía de un imaginario
distinto: algunos soñaban con un país de estancias donde una fuerte autoridad
pusiera orden
entre inmigrantes, anarquistas y
demás peligros sociales, y otros imaginaban un país de gente industriosa que abriera fuentes de trabajo y modernizara sus instituciones.
hola, todo esto seria la estructura del SPICE?
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